¿Por qué seguir nuestra Vocación?
La crisis actual ha tenido como una de sus consecuencias principales la drástica bajada de oferta de empleo público. Hace unos años hablábamos de por ejemplo, 5000 plazas para escala básica del Cuerpo Nacional de Policía mientras que ahora se ofertan menos de 200 y se trata de un sector privilegiado por la tasa de 10% de reposición aprobada por el gobierno.
En estos momentos nos encontramos en una tesitura diacrítica en la que debemos decidir qué camino escoger. Por un lado debemos ponderar cuáles son nuestras opciones laborales y si merece la pena optar a una plaza pública. Por otro lado tenemos que poner en la balanza nuestra vocación.
Cabe reseñar que muchos especialistas aconsejan en estos tiempos optar por mejorar la formación personal para luego poder aceptar un trabajo de un perfil específico y exigente.
Siguiendo este razonamiento si nuestra vocación va en la dirección del sector público más vale invertir el tiempo en una formación que nos permita estar en posibilidades de conseguir nuestro objetivo. De esta manera no debemos pensar que nuestro tiempo es perdido sino que es ganado respecto a los que no tienen una vocación tan fuerte o han desistido ante la dificultad.
Además contaríamos con la ventaja de la seguridad obtenida al alcanzar el objetivo final ya que la destrucción de empleo público es menos alarmante que en el sector privado.
Es por lo expuesto anteriormente y en la anterior entrada de éste blog que se debe invertir tiempo en aquello que es nuestra meta y en los pasos que la pueden asegurar como las pruebas psicotécnicas o perfiles de personalidad que nos darán una buena medida de nuestras posibilidades a la hora de afrontar nuestros retos y que aspectos debemos mejorar.
En definitiva la palabra crisis en su término chino encierra también el significado “oportunidad” y no es tiempo por tanto para dejar en segundo plano nuestro propósito sino de invertir en nuestra formación y mejorar.
Por Andrés Míguez